"¡Ah, la música! ¡Una magia más allá de todo lo que hacemos aquí!" (Albus Dumbledore)

domingo, 22 de marzo de 2020

¿Qué tareas domésticas pueden hacer los niños y niñas y a qué edad?

Estos días sin ir al colegio y sin salir de casa, nos dan la oportunidad de participar más en las tareas domésticas.


Hoy en día todo parece funcionar con premios y castigos, pero los niños y niñas no deberían ser premiados por algo que debería ser lo normal en su contribución a la comunidad familiar. Las tareas que les encargamos no son para aliviar la carga de los padres ni para aprovechar el tiempo libre de los hijos o entretenerlos, son para hacerlos más capaces en la vida.

Si estas tareas empiezan como un juego cuando son más pequeños y las incorporan como algo normal, conforme vayan creciendo no las verán como una obligación y por lo tanto estarán más dispuestos a colaborar. 

Tareas que pueden hacer nuestros hijos/as según la edad que tengan.


Entre los 2 y 3 años

A esta edad las tareas las hacemos con ellos y con nuestra supervisión pero es bueno que sientan que son sus tareas:

Ayudarnos a hacer su cama.
Llevar la ropa sucia al cesto.
Ordenar sus juguetes.
Tirar los pañales a la basura.
Si tenemos mascota, ayudarnos a alimentarla.
Ayudarnos a preparar su biberón si sigue tomándolo.
Comer sin demasiada ayuda.
Ayudarnos a regar las plantas.
Vestirse y desvestirse con ayuda.


Entre los 4 y 5 años

A esta edad las tareas se amplían pero seguimos con la supervisión:

Colocar las sillas correctamente cuando hemos terminado de comer.
Ayudarnos a poner y quitar la mesa.
Dar de comer a la mascota y llenarle el recipiente del agua.
Recoger los cubiertos ordenadamente en el cajón.
Ayudar a quitar el polvo.
Llevar su plato al lavavajillas.
Colocar el papel higiénico.
Vestirse con supervisión pero sin ayuda.
Comer sin ayuda.
Ayudarnos en el supermercado cogiendo los artículos que estén en la balda de abajo.
Colocar la ropa sucia en el cesto.


Entre los 6 y 7 años

A esta edad las tareas anteriores se siguen manteniendo con menos supervisión cada vez y se añaden estas otras:

Ayudarnos a hacer la lista de la compra y a revisar lo que falta en la nevera.
Hacer un bocadillo.
Poner el lavavajillas.
Poner y quitar la mesa.
Llevar su ropa sucia al cesto y limpiarse los zapatos.
Contestar al teléfono correctamente.
Ser responsable de su aseo personal (lavarse la cara, peinarse, cepillarse los dientes…).
Mantener su cuarto ordenado.
Preparar su ropa del día siguiente con supervisión.
Empezar a ducharse sin ayuda (si practica algún deporte es fácil que lo hagan ya en el polideportivo).


Entre los 8-9 años:

Hacer su cama.
Recordar que tiene que prepararse el almuerzo para el colegio y hacerlo.
Ayudar a pasar la aspiradora, barrer, fregar el suelo y quitar el polvo.
Ayudarnos a poner la lavadora clasificando la ropa en dos montones: blanca y color.
Guardar su ropa limpia en su armario ordenadamente.
Sacar la basura.
Ayudar a lavar el coche.
Lavarse los dientes eficazmente sin que le obliguemos o se lo recordemos.
Arrancar las malas hierbas del jardín.
Prepararse el día anterior el equipo de deporte y la mochila sin recordatorios.
Ducharse sin ayuda.


Entre los 10-11 años:

Mantener su armario y cajones ordenados.
Hacer los deberes sin ningún recordatorio y controlar cuándo tiene los exámenes.
Atender a un hermano pequeño por ejemplo dándole de comer.
Llenar el lavavajillas colocando cada cosa en su sitio y ponerlo en marcha.
Controlar sus propias extraescolares.
Cambiar las toallas sucias por las limpias.
Recoger el correo.
Tirar la basura.


Entre los 12-13 años:

Hacer la cama perfectamente.
Organizar con ayuda su horario de estudio.
Tener preparadas y a punto las cosas que necesita para sus aficiones.
Coger trasportes públicos sin compañía.
Hacer recados, comprar el pan, el periódico, la fruta.
Ayudar con los hermanos pequeños por ejemplo a vestirlos, desvestirlos, darles de comer, bañarlos y acostarlos.
Ayudar a los padres en las pequeñas tareas de reparación de la casa.
Recoger y limpiar la cocina.
Tender la ropa y doblar las prendas que no necesiten plancharse.

Pero lo más importante de todo es recordar que debemos creer en sus capacidades para hacer las cosas, corregirles con cariño en aquello que hagan mal y no precipitarnos a hacerlas nosotros por acabar antes.

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